Colaboró a la revista L'Avenç desde diciembre de 1890 hasta 1893, año en el que desapareció.
Durante los últimos meses de la revista, ejerció un papel casi directivo junto con Jaume Brossa, introducido por el mismo Cortada en la redacción de la revista.
Cuando Cortada se hace cargo de la crítica, el pensamiento prowagneriano queda mucho más desarrollado y precisado.
Se interesó por varios temas artísticos, sobre todo por la ópera, con una actitud nacionalista y renovadora.
Con el tiempo, su actitud se radicalizó, en especial en la época en que colaboró con la revista Catalònia, para la que redactó el artículo de presentación en febrero de 1898.