Alexis Ravelo

Impartió talleres literarios en diversos foros y academias, como La máquina del cuento, Factoría de Ficciones[2]​ o Vidas cruzadas.

Esta obra, protagonizada por un exmarinero buscavidas, cínico y violento, fue la primera de una serie que prosiguió con Sólo los muertos.

Algunos críticos notaron en su primera etapa una excesiva influencia de Julio Cortázar, pero con el tiempo su estilo fue evolucionando hasta alcanzar una voz más personal.

Supedita la estética al desarrollo del argumento, aunque son constantes sus juegos lingüísticos y conceptuales.

Fernando Marías, por su parte, la consideró una "novela negra-negra, seca y sin concesiones, cargada de la solidez más clásica del género.