Pero a Alfonso le faltaban unos meses para cumplir la edad requerida, tiempo que se demoró el nombramiento, y mientras tanto el cabildo de Jaén eligió a un nuevo obispo, Andrés, así cuando por fin llegó el nombramiento, Andrés ya llevaba varios meses de obispo.
[2] Durante el año y medio que ocupó la diócesis, su actividad fue muy intensa, e incluso a primeros de 1368 convocó el I Sínodo Diocesano de Jaén.
Pero en 1368 renunció a su cargo y abandonó la diócesis para unirse con su hermano en su retiro.
[3] En Aviñón, donde estaba establecido el papado, jugó un papel importante en el traslado de la Santa Sede a Roma.
La amistad que le unió con Gregorio XI y su intervención fue clave para la fundación de la Orden de los Jerónimos, gracias a la autoridad que gozaba en la sede pontificia.