Al regresar, llegó como la nueva estrella del deporte chileno ya que alcanzó una medalla para Chile después de 32 años.
El que lo seguía, el alemán oriental Axel Wegner, había marcado 73.
En la final De Iruarrizaga acertó los dos primeros impactos y falló el tercero, igual que a Wegner.
El logro del tirador chileno también fue recibido con mucho entusiasmo en el país, pues fue el octavo éxito olímpico y el primero después de tres décadas.
[3] Antes de estos juegos fue medallista panamericano en Puerto Rico (1979) y Caracas (1983).