Las parafilias incluyen, por definición, deseos mentales en los cuales la actividad debe ser el único medio de gratificación sexual, mientras que en la algolagnia se siguen buscando las reacciones típicas al placer, y la búsqueda del dolor por placer puede evitarse, o bien ser una adicción.
En el caso del masoquismo, existe un deseo psicológico de dolor y humillación que pueden conducir a la excitación sexual.
La algolagnia fue nombrada por el barón Schrenk-Notzing (1862-1929), aristócrata alemán y médico, a comienzos del siglo XX.
(La algolagnia: aspectos sexológicos y psiquiátrico-forenses, Juan Carlos Romi) El neurólogo Albert Eulenberg fue otro de los primeros investigadores en estudiar la algolagnia,[3]en Sadismus und Masochismus (Sadismo y masoquismo) de 1902.
Poco después, Havelock Ellis también investigó la algolagnia, a principios del siglo XX, y afirmó: "Sadismo y masoquismo: la algolagnia incluye ambos grupos de manifestaciones",[4]pero sostuvo que el disfrute del dolor estaba restringido a un contexto erótico,[5]en contraste con las interpretaciones de Krafft-Ebing.