[3] En la pintura, practicó todo tipo de temáticas, siendo especialmente notables sus retratos, sus paisajes, tanto urbanos como campestres, las naturalezas muertas y sus escenas con figuras.
En este tiempo en la Escuela, tuvo como maestros a Hugues Bovy y Denise Sarkiss.
Fijó su residencia de Lausana en el año 1923, pero conservó un apartamento en París hasta 1936.
Durante la guerra, Bailly participó en el movimiento Dadá que surgió en Suiza.
Este retrato abarcó varios estilos, la mayor parte del planeamiento del retrato está ejecutado con un estilo tradicional, mientras que los tonos rojos naranjas y azules, son de clara influencia del fovismo, y las manos, de líneas arqueadas, trasladan al futurismo italiano.
Esta tarea le requirió a la artista un gran esfuerzo que agotó y debilitó su salud, y la llevó a contraer una tuberculosis que le produjo la muerte.