Estas experiencias han sido tratadas por la autora en su novela Pasos bajo el agua.
Cuando terminaron los seis meses de libertad vigilada siguió sufriendo seria represión y amenazas por parte de las autoridades policiales y militares, que le exigían que se fuera del país, pero no permitían que se le otorgara el pasaporte.
Por esta razón es amenazada nuevamente por miembros de la policía, y decide entonces, en 1988, volver a California.
Allí trabajó durante dos años catalogando libros en la biblioteca de la University of Southern California (USC), en la colección centroamericana.
Actualmente vive en Los Ángeles, escribe, da clases particulares y talleres literarios privados; desde 2000 a 2010 enseñó literatura en el Emeritus College, una división del Santa Monica College.