Los carneros son decorados por los miembros de la cofradía con unos mantos sobre los lomos, y otros sobre las cabezas, un mollete elaborado especialmente para esta ocasión.
La procesión lleva consigo la leña que servirá para elaborar el almuerzo.
El almuerzo solía acompañarse de cebolletas crudas, picadas, que repartían generalmente la cofradía de forma gratuita junto con el pan y el vino.
Estas cebolletas eran picadas por personajes relevantes de la comunidad, que acudían a «picar la cebolleta», ayudando de esta forma a los organizadores del evento.
El potaje se elabora a fuego lento con las maderas empleadas en la procesión y suele preparase con garbanzos, la carne del cordero y como verdura suele añadirse acelgas.