[1] La mayor parte de su vida la paso en las tierras de la amazonía peruana donde convivió con los pueblos amerindios.
Se estableció en San Antonio de Cuchero, y navegando por el río Monzón, hizo varias entradas en tierras de los panatahuas y cashibos.
En 1757, emprendió una expedición por el río Tulumayo; descubre el boquerón que hoy en día lleva su nombre, el cual franquea la Cordillera Azul y que da ingreso a la Amazonía; y cuando cruzaba por el río Aguaytía es sorprendido por los nativos cashibos lo que lo obliga a regresar.
Tras una larga estancia en las misiones de Cajamarquilla, volvió al convento de Santa Rosa de Ocopa en 1770.
[2] Su cuerpo reposa en la cripta de la iglesia del convento.