Alonso de Ojeda

Alonso de Ojeda (Torrejoncillo del Rey; 1466 – Santo Domingo; 1515) fue un navegante, gobernador y conquistador español.

Nació en Torrejoncillo del Rey (Cuenca) en 1466, en una familia hidalga de pocos recursos.

El joven Ojeda se ganó en breve la buena voluntad del obispo, quien ofreció dispensarle su protección a la primera oportunidad.

Pudo adentrarse con sólo quince hombres en la región del Cibao, donde dominaba el aguerrido cacique Caribe llamado Caonabo.

Recorriendo el litoral occidental de África hasta Cabo Verde, tomaron el mismo rumbo que realizó Colón un año antes en el tercer viaje, pero en dirección suroeste.

Sin embargo, Vespucio decidió separarse de la flota y seguir su propio rumbo más al sur, hacia Brasil.

Después de desembarcar se encontró con varios indígenas y envió a unos misioneros a que recitaran la extensa proclama en voz alta junto con intérpretes que hablaban la lengua indígena.

Sin embargo, los indígenas estaban bastante molestos por dicha proclama, así que Ojeda mostró baratijas a los indígenas, y esto provocó que se enojaran y comenzaran a luchar contra los españoles.

Ojeda tuvo que huir para salvarse con un solo hombre apenas y llegar ileso a la orilla del mar, en donde pudo ser rescatado por la flotilla estacionada en la bahía.

Tratando de buscar ayuda, Ojeda se embarcó rumbo a Santo Domingo en el bergantín de Talavera con 70 hombres que lo acompañaban, pero el pirata apresó a Ojeda y no lo quiso liberar, esperando un rescate.

Sin embargo, un violento huracán azotó la embarcación y Talavera tuvo que pedir ayuda a Ojeda, también marino.

La tormenta arrastró la nave y ésta naufragó en Jagua, Sancti Spíritus, al sur de Cuba.

Allí fue socorrido por Pánfilo de Narváez y fue a Jamaica, isla en la que Talavera fue apresado por piratería.

Ojeda se casó en 1499 con la princesa indí­gena Guaricha, hija del cacique Guaraba de Coquivacoa.

La nativa fue bautizada con el nombre de Isabel y le dio tres hijos.

Pasó los últimos cinco años de su vida con Isabel y sus hijos en Santo Domingo, donde vivió en retiro y casi en pobreza, tratando de enviar a sus vástagos a hacer carrera en la corte.

[6]​ Al parecer los restos fueron sacados de República Dominicana en 1983, llevados a Ciudad Ojeda (Venezuela) por el sacerdote español Fernando Campo del Pozo y entregados al Concejo municipal de la ciudad venezolana.

Allí permanecieron en el olvido depositados en una urna hasta que en 2014 un grupo de historiadores locales consiguió dar con su paradero.

Ciudad Ojeda, fundada en 1936 por decreto del presidente de Venezuela Eleazar López Contreras, recibe su nombre como homenaje al hombre que descubrió el lago de Maracaibo y puso nombre a Venezuela, lugar en el que actualmente se encuentran sus restos.

Placa conmemorativa en Torrejoncillo del Rey
Viajes realizados por Alonso de Ojeda.
plaza Alonso Ojeda en Maracaibo