En biología, la alostasis describe el proceso a través del cual el cuerpo sometido a situaciones de exigencia o estrés logra recuperar su estabilidad (homeostasis) realizando cambios de comportamiento fisiológico o psicológico que le permitan mantener un equilibrio estable, considerando también las exigencias futuras.
[1][2] Esto puede llevarse a cabo por medio de la alteración en las hormonas del eje HHA, el sistema nervioso autónomo, las citoquinas, o una variedad de otros sistemas, y generalmente es adaptativa en el corto plazo.
[9]Sterling (2004) propone seis principios interrelacionados que subyacen a la alostasis: La diferencia entre alostasis y la homeostasis es popularizada en el libro de Robert Sapolsky llamado Why Zebras Don't Get Ulcers (Por qué las cebras no tienen úlceras):
Este último es el caso en la sociedad humana y ciertas situaciones que afectan a los animales en cautiverio.
[12] Si se ayuda a un individuo deshidratado pero sigue estando estresado y, por lo tanto, no restablece la función normal del cuerpo, los sistemas corporales del individuo se desgastarán.
El cuerpo humano es adaptable, pero no puede mantener una sobrecarga alostática durante mucho tiempo sin consecuencias.