Se trata de un trastorno muy infrecuente, y suele remitir espontáneamante con el tiempo, pudiendo ser útil la terapia.
[9][10][11][12] Clínicamente, la amnesia disociativa se caracteriza por la pérdida de la capacidad para recuperar los recuerdos almacenados sin que exista un aparente daño neurológico, mientras que la amnesia orgánica se caracteriza por la presencia de daños en el lóbulo temporal medial o anterior, así como en las regiones prefrontales.
Estos daños pueden deberse a accidentes cerebrovasculares, traumatismos craneoencefálicos, isquemias o encefalitis.
En cambio, en la amnesia disociativa se produce una pérdida de la identidad personal, conocimientos semánticos y capacidades procedimentales, al menos durante las primeras fases de la amnesia.
[3] Los pacientes que se han visto expuestos a sucesos física o emocionalmente traumáticos presentan un mayor riesgo de desarrollar una amnesia disociativa.