En México, estando en el exilio, produjo películas bajo el nombre de Cristina Benítez.
Viajando al extranjero por su trabajo, entrevistó a personajes como Fidel Castro y Muamar el Gadafi.
Se fue a Caracas, Venezuela, donde realizó películas y comerciales para el Ministerio de Cultura durante dos años.
Entrando en contacto con feministas, realizó investigaciones sobre mujeres indígenas en el Instituto Latinoamericano de Estudios Transnacionales (ILET) y preparó su tesis.
[5] Durante sus estudios, Amado fue asistida por la Fundación Juan Alberto Harriet, que la envió a Boston, Massachusetts, en 1969.
[1] En 1970 creó Nuestra tarde, un programa que produjo y transmitió los fines de semana hasta 1971.
Simultáneamente escribía para el periódico local, publicando artículos sobre temas de mujeres como el aborto y la adopción.
[6] Se mudó a Buenos Aires después de graduarse en 1972.
[8] Comenzó a trabajar como periodista al aire, informando para el Canal 7, propiedad estatal, desde 1973.
[10][9] También produjo un programa de dos horas con Norman Briski que se transmitía diariamente en Radio Belgrano.
[10] La pareja se casó en secreto en noviembre de 1974 y pocos días después Casullo partió hacia Cuba.
[12] Su documental Ruidos en la cabeza creado para Productora Creativos Audiovisuales, fue emitido en 1976.
[4] Casullo finalmente se unió a ella en Venezuela, pero como legalmente no podía trabajar, la pareja decidió mudarse a la Ciudad de México ese año, cuando les ofrecieron empleo remunerado en El Universal.
Su trabajo en la biblioteca se centró en la producción de una película sobre los Montoneros.
[13] Paralelamente realizó investigaciones en el Instituto Latinoamericano de Estudios Transnacionales centrado en las mujeres indígenas.
En 1989, las feministas chilenas que había conocido en México regresaron a su país y fundaron la Red Alternativa de Prensa Femenina en América Latina, la cual publicó una revista, y comenzó a trabajar como la corresponsal en Argentina.
[18] Se convirtió en jefa de análisis y crítica cinematográfica en el departamento de artes,[1] y fue elegida directora departamental tres veces, ocupando el cargo hasta 1996.
[18] Ese año, en representación de las artes, comenzó a trabajar con otras mujeres académicas, entre ellas la antropóloga Mirta Ana Barbieri; la educadora Nora Domínguez; las historiadoras Mirta Zaida Lobato, Susana Murphy y Marcela Nari; y la filósofa Margarita Roulet para crear un currículo interdisciplinario de estudios de la mujer.