Conoció a quien sería su esposo mientras éste se encontraba exiliado en la ciudad.
Alfaro había llegado a Panamá tras una fallida revuelta contra el entonces presidente Gabriel García Moreno, y se dedicó prósperamente al comercio.
[2] Cuando Alfaro regresó a Ecuador en 1875, su esposa e hijos permanecieron en la capital itsmeña.
A las pocas semanas del enlace matrimonial, Ana queda embarazada de su primer hijo.
Sus últimos días padeció de ceguera, sobreviviendo ocho años a su marido, el general Alfaro.