Ana Renaud Muntané nació en la localidad de Carme, situada junto a Capellades, en 1869, y murió en Barcelona en 1961.
Se casó en Barcelona con Víctor Miró i Guasch, con el que tuvo dos hijos: Ramon y Josefina.
[2] Posteriormente fundaría la empresa Renaud y Cía, usando el apellido de soltera para darse prestigio.
Además, le colectivizaron su taller y no pudo disponer del mismo hasta su fin.
En la posguerra, volvió a establecerse en el mismo lugar y continuó trabajando para el alta burguesía barcelonesa.
Hacia 1950 desmontó el taller, a pesar de que continuó trabajando en pequeños encargos hasta su muerte.
En el traje femenino se dieron todos los cambios de gusto y de moda posibles, buscando nuevas soluciones, no solo en cuanto a la forma, tejido y colores sino también en cuanto a su estructura.
La moda se había vuelto imprescindible, en parte gracias a la proliferación de revistas femeninas, tanto catalanas como extranjeras.
En Cataluña, eran muy pocas las señoras que podían adquirir sus toilettes directamente de los modistos parisienses; la gran mayoría escogía la ropa en la tienda o al almacén y, en base de esto, se pedía la confección del traje a la modista o bien, se lo cortaba y confeccionaba ella misma según patrones extraídos de revistas.
Algunas de estas modistas reconocidas por el público barcelonés serien Maria y Carolina Montagne, Maria Molist o algunas modistas con nombre francés establecidas en Barcelona, como Madame Lebrun o Madame Renaud.
Este nuevo estilo vienès incorporaba elementos racionales que fueron apoderándose del gusto catalán.
Así hacia el 1908 la abstracción y simplificación de la forma ya estaba presente en la moda femenina.
Esta alliberació se vio contrarrestada posteriormente por su falda de tubo larga, que hacía difícil andar.