En España estuvo al servicio de José I Bonaparte.
Con la República aceptó un puesto como controlador de convoyes militares.
En ese último año fue enviado a Florencia como Ministro Plenipotenciario ante el Gran Duque de Toscana.
Allí entra en contacto con el general Napoleón Bonaparte, quien le encarga que vaya a Roma para supervisar la ejecución del armisticio concluido con la corte papal.
[2] Tras la caída del Imperio napoleónico en 1814 quedó apartado de la vida pública y se dedicó entonces exclusivamente al trabajo literario.