Angela Rasmussen

Cuando se inoculaba el virus a este grupo, se observaban resultados variados en cuanto al desarrollo de la enfermedad, que iban desde una resistencia total al virus hasta una fiebre hemorrágica grave.

[4]​ Por eso concluyeron que la información genética de los ratones cumple un papel importante en su susceptibilidad al virus.

Allí se descubrió una particularidad genética que podría predecir la gravedad de la infección por el virus.

Al comienzo, el virus del ébola primero ataca los macrófagos, es decir, las células blancas que fagocitan y eliminan los patógenos, quienes a su vez liberan citoquinas inflamatorias que atraen más células inmunes al lugar de la infección, para matar el tejido infectado.

[11]​ Las explicaciones posibles incluyen las deficiencias en el sistema inmunológico de la gente mayor y las enfermedades o condiciones preexistentes.

Rasmussen también se dedicó a la comunicación acerca del nuevo coronavirus y el COVID-19; habló con los medios masivos sobre la interpretación de los resultados preliminares sobre cuánto dura la inmunidad al virus, cuán efectivas serían las potenciales drogas con las que se trataría la enfermedad y si el sexo biológico cumple o no un rol en la gravedad del cuadro.

También refirió que algunos lineamientos puestos en práctica en determinados países no fueron efectivas en términos económicos y políticos.