Anglo-árabe

Por definición, el caballo anglo-árabe no es morfológicamente muy homogéneo, por lo que la importancia de los orígenes árabes influye enormemente en el modelo.

El equino angloárabe se caracteriza, sin embargo, por su andar, ligereza, habilidad, coraje y fuerte personalidad.

La espalda es corta o moderadamente larga, recta y fuerte, el lomo es de longitud media.

Este caballo posee una grupa larga y horizontal, los músculos traseros están bien proporcionados.

La estructura ósea general es bastante ligera, con miembros largos, fuertes, delgados y bien musculados a pesar de su fina apariencia.

El angloárabe puede mostrar un carácter más fácil en general que el purasangre, sin embargo sigue siendo un caballo de gran finura, dotado de una fuerte personalidad, lo que requiere, por tanto, un jinete experimentado, tacto y una mano fina.

En este punto, el caballo anglo-árabe se parece más al árabe y generalmente presenta una mayor resistencia física que sus dos antepasados.

El caballo angloárabe tiene un alto rendimiento y, por lo tanto, a veces tiene pequeñas fallas de posición.