Anna Dorothea Therbusch

Una vez liberada de sus obligaciones familiares, siendo una mujer madura, abandonó su familia para regresar a su arte.

[9]​ Aquel tiempo es visto, sin embargo, como su época de mayor creatividad París era una ciudad cara y Anna Dorothea tuvo dificultades financieras.

Tras una breve estancia en Bruselas siguió viaje a Viena, donde la aceptaron en la Academia por el retrato de Hackert.

[10]​ Aunque Anna Dorothea nunca fue a Rusia, los coleccionistas rusos apreciaron su trabajo.

[11]​ También conoció el grupo de artistas que rodeaban a Johann Wolfgang von Goethe.

Autorretrato, 1777