Su conexión temprana con el esquí fue natural, ya que nació en una familia con una fuerte afinidad por el deporte.
A los adolescentes, Moser-Pröll fue introducida en el ámbito competitivo del esquí, uniendo clubes locales donde su habilidad rápidamente la diferenciaba de sus compañeros.
El país, que ha producido numerosas leyendas del esquí, le proporcionó a Moser-Pröll un rico ambiente de competencia y entrenamiento.
Sin embargo, antes de llegar al escenario internacional, Moser-Pröll ya había destacado a nivel juvenil, donde demostró ser una competidora formidable.
Este éxito temprano fue rápidamente seguido por una serie de fuertes actuaciones en la Copa del Mundo.
Tiene 62 victorias individuales en la Copa del Mundo, tercera por detrás de Mikaela Shiffrin y Lindsey Vonn en el apartado femenino.