[2] En 1947 Bugnini fue editor de "Ephemerides Liturgicæ", una revista dedicada a la reforma litúrgica.
Una vez más, las palabras que Bugnini utilizaba para describir la liturgia (“superestructuras”, “aparato”, “cambiantes condiciones de nuestros días”) revelan una cierta mentalidad.
Las palabras de Bugnini sobre sus experimentos revelan una forma de pensar que acabaría dominando la reforma litúrgica: “La asamblea ‘inerte y muda’ se había transformado en una asamblea viva y orante”.
Al mismo tiempo, Bugnini fue sustituido en su cargo en la Pontificia Universidad Lateranense en Roma "porque sus ideas eran muy progresistas".
(...) Se trataba de personas ajenas, e incluso abiertamente hostiles, al cristianismo.
La frecuentemente repetida acusación de que Bugnini era masón, fue publicada por primera vez por el ensayista italiano Tito Casini en su libro Nel Fumo di Satana.
Casini afirmó que, según una fuente anónima, Bugnini dejó olvidado un maletín en una sala de conferencias.
Cuando alguien lo encontró e intentó identificar al propietario, dentro había documentos incriminatorios.
Es también muy significativo que el Vaticano nunca haya dado ninguna razón para el despido del arzobispo Bugnini, a pesar de la sensación que causó, y nunca haya negado las acusaciones de afiliación masónica.
Bugnini, habría sido escandaloso por parte del Vaticano permitir que la acusación se hiciera en público sin decir siquiera una palabra para exonerar al Arzobispo.
“No”, contestó el Cardenal, “fue algo mucho peor”.Pero el Cardenal Stickler no quiso revelar que era aquello y, francamente, el concepto de algo “mucho peor” que ser masón ofrece aterradoras perspectivas a la imaginación.