El papa comienza recordando la petición de ayuda que realizó al terminar la guerra: La respuesta a esa petición permitió hacer llegar la ayuda a muchos niños necesitados, pero las necesidades eran tantas que no todas pudieron resolverse, y a eso se añade que en el momento en que se pidió esa ayuda, la situación económica en muchos países no permitía facilitar lesa ayuda en la cuantía deseable.
El papa se dirige especialmente a los niños de las regiones más ricas, moviendo su generosidad para ayudar con comida y ropa a sus iguales que carecen de lo necesario.
El Niño Jesús premiará, con su bendición y gracias celestiales, esta generosidad de los pequeños.
Estas ayudas, como sucedió con las que se obtuvieron tras la petición del año anterior, podrán ser distribuidas a través de la sociedad «Save the Children Fud».
El papa comunica que, como hizo en aquella otra ocasión, asigna para esa ayuda una ofrenda de 100.000 liras italianas.