En los primeros tiempos parecieran presentarse serias dificultades para que se estableciese con mayor permanencia el poblado de Antón al precederse nuevamente, en 1717, en forma definitiva.
Ese carácter más permanente del nuevo asentamiento es atestiguado temprano puesto que en 1731, a casi medio siglo de la fundación de la ermita, realizan una misión, en Antón, los religiosos franciscanos fraile Antonio Rodríguez, fraile Joseph Sánchez y fraile Vicente Puga quienes predican también en Penonomé y Natá antes de partir al Perú.
Ese mismo año, 1774, se registra la existencia en Antón de una compañía del Batallón de Infantería, constituidos en milicias civiles, comandadas por el capitán Joaquín Ponce, el teniente Juan Bautista Ponce y el subteniente Manuel Blas Ponce, todos hermanos, hijos de un rico terrateniente local.
En total, ochenta y cuatro antoneros organizados bajo la disciplina militar, para la defensa del territorio parroquial.
Se encuentra a una altitud de 49 metros sobre el nivel del mar.
La temperatura se mantiene constante durante todo el año a aproximadamente 30 °C.
La mejor época para los turistas se encuentra en la estación seca , llamada localmente verano (enero a marzo).
El distrito de Antón es muy rico en costumbres y tradiciones entre las cuales destacan: Una pollera en su más mínima expresión puede definirse como una falda larga que posee un ancho considerable.
Dichas faldas son originarias del Continente Europeo, la historia y las pinturas de siglos anteriores corroboran el hecho de que las faldas amplias han existido en Europa desde hace muchísimo tiempo.
La palabra pollera es definida por el diccionario como el vestido de la cintura abajo con muchos pliegues y vuelos.
Hoy en día los hombres panameños a lo largo del tiempo se han caracterizado, por usar ropas modestas según sea la época del año, y es por eso que en materia folklórica ha resultado difícil poder estudiar los vestidos típicos masculinos a profundidad.
Las principales danzas que se practican en Antón son: El Tamborito: el tambor en esta provincia presenta influencia del tambor de otras provincias, por ejemplo en Antón, San Carlos, Bejuco y Chame el tambor que se practica al estilo coclesano.
Un rasgo característico de esta cumbia es que la dama porta velas en su mano derecha que entrelaza cintas de colores y con la otra mano se agarran el pollerón.
Uno de los bailarines lo carga sobre sus hombros y lo maneja diestramente, correteando a los espectadores durante el baile.
El almirez es un instrumento de herencia afrocolonial que acompaña al tamborito.
Se baila por todas las calles internas del pueblo y finaliza en la plaza principal que está a un costado de la parroquia antonera.
Otras fiestas importantes de esa comunidad son el Festival Nacional del Toro Guapo y los carnavales.
Cuenta la leyenda que hace muchísimos años, dos pescadores al cabo de su faena del día se encontraron con un bulto que flotaba en el mar y decidieron acercarse para descubrir el contenido del mismo.
La imagen presentaba diversas heridas en todo su cuerpo, rostro, labios, extremidades y espalda, todos con restos de sangre y muestras de haber recibido un severo castigo.
El Cristo fue nuevamente depositado en la caja donde fue encontrado y colocado sobre un anda, pero al tratar de levantarla para llevársela, esta se tornaba pesada, hecho sobrenatural que evitó que el Cristo fuese llevado a Penonomé.
Los lugareños, llenos de alegría, clamaban que era un milagro porque el mismo Cristo no quería irse del pueblo.
Desde ese día permanece la imagen en la comunidad de Antón, en la Iglesia San Juan Bautista.
La procesión se desarrolla durante la noche hasta un poco antes de la medianoche.
Desde semanas antes de la fiesta, los santitos recorren montañas y campos coclesanos, tales como: Cabuya, San Juan de Dios, Río Hato, Juan Díaz, Chiguirí Arriba, Pajonal, Río Indio y muchos otros.
Estas imágenes, portadas por los esquipulistas o mayordomos visitan las comunidades y van deteniéndose de casa en casa con el objetivo de inculcar la fe y bendecir a las familias.
Así mismo, también se dan cita en Antón otros elementos asociados con nuestras fiestas patronales interioranas, tales como venta de comidas en las tradicionales fondas, ventas de artículos alusivos a la fiesta del Cristo y buhonería en general.
Esta institución opera en la que fuese residencia del matrimonio integrado por Don Manuel María Aguilera Patiño y Doña Helena Bernal.
En la planta baja se ubican el Salón Helena Bernal de Aguilera, la cual es la sala principal y donde se exhibe una galería fotográfica de antoneros ilustres y que en ocasiones es utilizado para dictar cursos, seminarios, conferencias y exposiciones de arte temporales.
El visitante también puede apreciar los accesorios y artificios tradicionales utilizados en la actividad ganadera al pasar a la Sala de Ganadería, la cual está dedicada al propio Don Manuel María Aguilera Patiño.