La primera propuesta realista acerca de vuelos espaciales se remonta a Konstantin Tsiolkovsky.
Este trabajo influyó mucho a Hermann Oberth y Wernher Von Braun, que posteriormente fueron actores clave en los vuelos espaciales.
El científico ruso Konstantín Tsiolkovski teorizó en la década de 1880 sobre cohetes multi-fase propulsados por combustible líquido que podrían llegar al espacio, pero no fue hasta 1926 que el estadounidense Robert Goddard diseñara un cohete de combustible líquido práctico.
La Wehrmacht disparó miles de cohetes V-2 contra las naciones aliadas, causando daños y muertes masivas.
Los mismos cohetes lanzadores que podían poner en órbita un satélite, a un hombre o alcanzar algún punto de la Luna podían enviar una bomba atómica a una ciudad enemiga cualquiera, en misiles militares que tenían el nombre de ICBM.
Gran parte del desarrollo tecnológico requerido para el viaje espacial se aplicaba igualmente a los cohetes de guerra como los misiles balísticos intercontinentales.