Antonia Prado

[1]​ Ha pasado a la historia por su matrimonio con Isidoro Máiquez.

Se la describe alabando en especial "su acción de manos; su gracia para bailar, y, sobre todo, su elegancia y buen gusto para vestir, tanto, que ocasionó no pocos ahogos a su padre";[5]​ también bailaba y cantaba "con buena aunque escasa voz".

[6]​ Tras perderse su rastro, aparece de nuevo en Cádiz y luego en Barcelona, donde en 1788 actúa como graciosa.

[1]​ En 1809 entra en la compañía formada por el gran divo de la escena española Isidoro Máiquez, con el que llegaría a casarse en un matrimonio que según los cronistas no fue feliz.

Al parecer se retiró de la escena en 1810,[6]​ y murió en la más absoluta pobreza veinte años después.