Al poco tiempo, se convirtió también en veinticuatro de Granada y regidor perpetuo de Salamanca, por lo que ya contaba con varios oficios en tres ciudades con voto en Cortes.
[8] En 1612, su padre falleció, por lo que se convirtió en señor de Beas.
Con estas adquisiciones pretendía construir un gran estado señorial entre Granada y Jaén, siguiendo el camino abierto en tiempos de Carlos V entre ambas ciudades.
Su voluntad no se contentó con aquello, pues siguió con otras poblaciones de la vega granadina, al tiempo que adquiría oficios de regidor y alguacil mayor en poblaciones circundantes a la capital nazarí.
[3] Sin embargo, el rey Felipe IV lo nombró marqués de los Trujillos en 1629, con lo que se cumplía su ambición.
[12] Aquellas compras lo enfrentaron a varios miembros del cabildo granadino, quienes participaron en la puja de la Corona y compraron otros cortijos alrededor de Granada para evitar que todos cayesen en manos de don Antonio.
[13] En 1626, ya había sido miembro del Consejo de Hacienda.