Desde su infancia mostró gran vocación por el mundo del espectáculo, especialmente hacia el teatro.
Cursó sus estudios primarios y el bachillerato, respectivamente, en el colegio de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, “La Salle el Carmen”, y en el único Instituto de Enseñanza Media que por entonces contaba su ciudad natal.
[1] Fundó la Agrupación Artística Tallaví (nombre dado en honor a su conciudadano y distinguido actor teatral, José Tallaví) en la década de los sesenta del siglo XX.
En dos artículos redactados por su hermano, Amalio Jiménez, se señala los años 1965 y 1966[2][1] como fechas de la creación de la asociación cultural, mientras que en el artículo José Talaví: Actor, escrito por el propio fundador y publicado en Trápana, la Revista de la Asociación de Estudios Melilllenses,[3] correspondiente al periodo 1989-1990, establece que fue en 1968.
[2] César Jiménez llevó a escena decenas de obras, desde sencillos y cómicos sainetes hasta los grandes clásicos del género dramático, como La crítica del romanticismo, un poema jocoso de autor anónimo; Medea (1968), de Eurípides;[4] Cosas de papá y mamá (1968), de Alfonso Paso;[5] El Cuervo (1968), de Alfonso Sastre;[6] Réquiem para un girasol (1971), de Jorge Díaz;[7] Lisístrata (1986), de Aristófanes; Lo que nunca muere (1990), antología de la zarzuela interpretada junto a Mariano Manuel Salgado Mena, el Ballet de Pilar Muñoz y la Orquesta Sinfónica de Melilla, representada en Melilla, Alicante y Antequera; Almas que mueren (1993), de Horacio Ruiz de la Fuente (para recaudar fondos para la lucha contra la drogadicción); La Corte de Faraón (1997).