Intentó ingresar a México en calidad de obispo pero las autoridades migratorias le negaron el visado dadas las restricciones contra el ingreso de sacerdotes extranjeros que imperaban entonces (Véase: Irreligión en México).
Entró a México gracias a las gestiones de César Nasta, consuegro del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, lo que permitió entablar amistad con este último.
En 1996 el sínodo del patriarcado elevó a la categoría de arzobispado a la arquidiócesis presidida Chedraoui, con lo que se le nombró arzobispo metropolitano.
[4] Antonio Chedraoui se distinguió por ser cercano a los hombres de Estado.
Se relacionó con los presidentes de Líbano, México, Venezuela, Chile y Brasil.