Posteriormente, permaneció vinculado a los maristas e ingresó como seminarista, pero no duró más que unos meses.
[2] Marchó a Madrid para buscar trabajo, y quedó impresionado por los cambios que se estaban produciendo en España.
[2] Empezó a escribir abordando diversos géneros: poesía, prosa, letras de tangos, teatro y artículos.
Sus escritos, anteriormente inspirados por la pura estética, adquirieron tintes ideológicos republicanos y de izquierdas.
[5] Frecuentó la tertulia El Ciprés, en la que coincidió con otros intelectuales como Eduardo de Ontañón.