Antonio de Alvarado

En su dedicatoria a lord John Carteret se presentaba como «un forastero, ya de edad, y sin otros medios, con que mantenerse, a sí, y a su familia, que su indefatigable trabajo, e industria, que ha dexado su patria, y huydo de la persecución por el testimonio de una buena conciencia».

Previamente había publicado su traducción del Libro de Oración Común,[2]​ actualizando la que había realizado Tomás Carrascón, con las reformas introducidas en la liturgia inglesa por orden del rey Jacobo II de Inglaterra.

[3]​ La traducción de la Apología de la verdadera theologia christiana, cómo ella es professada, y predicada, por el pueblo, llamado en menosprecio los tembladores, que es una cumplida explanación y vindicación de sus principios y doctrinas [...].

En diciembre del mismo año Alvarado pidió alguna ayuda a los cuáqueros, pues no tenía dinero ni para pagar la pensión en la que vivía en Grace church street, y la Sociedad de los amigos formó una comisión para que lo visitase y se informase, no encontrándose otra noticia de él en los registros de dicha sociedad.

[6]​ La última de sus obras en ser publicada, los Diálogos ingleses y españoles, que incluyen una ortografía y una nomenclatura español-inglés tomada de Francisco Sobrino,[7]​ es, según Marcelino Menéndez Pelayo, obra rica «en proverbios, frases y modos de decir galanos y castizos, como que el autor parece haberse inspirado en otros manuales de conversación del siglo XVI, y especialmente en el de Juan de Luna, el continuador del Lazarillo».