Apariciones de Pontevedra

La Virgen le mostró su corazón rodeado de espinas que portaba en su mano.

Durante la aparición, el Niño Jesús le dijo: Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre.

Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación.

Unos meses más tarde el 15 de febrero de 1926, Sor Lúcia dijo ver a un niño mientras sacaba la basura del jardín del convento al que creyó reconocer.

[1]​ Ese año fue trasladada a otro convento en Tuy donde entró como novicia y donde en 1929 tendría una última visión en la que la Virgen le reveló que había llegado el momento de llevar a cabo la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón.