Fue la primera vacuna preventiva de enfermedades infecciosas diseñada y desarrollada en este país, que completó los estudios clínicos hasta su aprobación definitiva.
[3] La misma tecnología ya se aplica en vacunas contra la Hepatitis B en niños o más recientemente, el VPH.
Se trata de una plataforma segura y que puede adaptarse ante nuevas variantes a nivel regional o mundial.
La fórmula definitiva, codesarrollada por la UNSAM, el CONICET y la Fundación Cassará, se consolidó en diciembre de ese año.
Los resultados revelaron un aumento de hasta 30 veces en estos anticuerpos frente a las variantes Ómicron, Gamma y Wuhan.