Ara (Huesca)

Ha pertenecido a la Val de Abena junto con otros pueblos cercanos como Abena, Binué y Artaso, así como las pardinas de Ayés y Lasiella.

En 1242 el señor del valle era un noble bearnés, Augerio de Olorón, que donó todas las villas al monasterio cisterciense de Santa María la Real de la Oliva (Carcastillo, Navarra) para que fuera erigida una nueva fundación en Ara, dedicada a la Virgen de la Gloria, «lo que era dado en llama "la honor de Bardavena"».

[1]​ En 1460, al abandonar el monasterio los monjes, mediante permuta, lo pasaron al Hospital de Santa Cristina de Somport.

Por esta fechas, en 1495, estos lugares daban muestras de despoblamiento: Abena con 10 fuegos, Ara con 18 fuegos y Binué con 6, Artaso con 1 y Ayés con 2.

A finales del siglo XVIII, todo el valle estaba de nuevo en manos de la corona real española.