Architronito

[2]​[5]​[6]​ [8]​ Un cañón de avancarga convencional que tendría un fuerte tubo metálico conectando el oído, donde normalmente se colocaría la mecha, a una caldera de cobre, terminando por debajo del nivel del agua en su interior pero describiendo una U invertida por encima de ella a modo de sifón.

Un fuego de carbón calentaría el oído del cañón y la caldera de manera que el metal de la recámara del cañón se pondría al rojo vivo y herviría vigorosamente.

Aquí entraría en contacto con las paredes calientes del cañón y se convertiría en vapor, la presión de la repentina liberación de vapor obligaría a la bala de cañón a salir por su boca.

Relato del Nelson Examiner y New Zealand Chronicle, 1842:[2]​ El peso de la bala de cañón se describe como un talento.

Un talento romano pesaba 32,3 kilogramos, aunque la cantidad variaba en el mundo antiguo por unos pocos kilos.

Leonardo da Vinci dibujo a pluma y tinta del Architronito.