Archivo Fotográfico de Barcelona

Con este objetivo en 1917, la Comisión de Cultura creó la Oficina Municipal de Investigaciones Históricas que planificó una reforma del Archivo Municipal donde propuso, entre otras cuestiones, la separación de los fondos documentales en históricos y administrativos y la instalación del Archivo Histórico en un edificio propio.

En esta primera fase, la futura Sección Gráfica se iba enriqueciendo mediante aportaciones de fondos no municipales y privados, encargos realizados a fotógrafos y transferencias municipales.

También en esta época se producen encargos a fotógrafos reconocidos, como Jaume Ribera Llopis, Adolf Mas (Estudio Mas) o Cuyàs, así como algún traslado de fotografías desde el departamento de Mayordomia del Ayuntamiento.

[1]​ En 1931 aconteció un hecho que supuso un punto de inflexión muy importante para los fondos fotográficos: Se inició una "crónica gráfica" de la ciudad formada por las fotografías que se producían espontáneamente, unas originadas por la información periodística, otras reproducían hechos representativos del momento y además la producción fotográfica del Archivo en todos aquellos casos que quedaban desatendidos.

Por tanto, Josep Gudiol, Carlos Pérez de Rozas, Joan Estorch y Francesc Serra continuaron aportando sus fotografías.

[1]​ Acabada la contienda, la Sección vuelve a la Casa del Arcediano y continuaron las aportaciones de los fotógrafos Pérez de Rozas y de Pere Estorch, a los que en 1941 se añadió Juan Ramírez que empezó a prestar servicio como fotógrafo del Archivo.

[4]​ También se produjo la donación del fondo personal del escritor, dibujante y músico catalán Apel·les Mestres, formado por más de 4000 fotografías de los siglos XIX y XX.

Al mismo tiempo, aportaron fotografías Pere Estorch (que hizo un seguimiento exhaustivo de las excavaciones de la ciudad), Carlos Pérez de Rozas, Manuel Cuyàs, Juan Ramírez, Claudi Gómez Grau (acompañó al etnógrafo Ramon Violant i Simorra en un viaje por los Pirineos con motivo de la creación del MAITP), Francesc Serra, Joan Vidal Ventosa, el Archivo Mas, Ramon Calvet, Hermenegild Vallvé, Leopoldo Plasencia o Francisco Fazio (estos últimos más dedicados a las publicaciones del Archivo).

El aumento y la diversidad de fotografías de la sección contribuyó muy favorablemente a enriquecer el repertorio de ilustraciones para las publicaciones que se hacían en Cataluña, puesto que hasta aquel momento los editores no podían acceder a las fotografías que ahora se conservaban al Archivo.

[1]​ El 1957 se jubiló el director del AHCB, Agustí Duran y Sanpere, quién fue sustituido, hasta el año 1981 por el historiador Pere Cerques.

Justo es decir que, durante el periodo de obras, la Sección no cerró nunca la consulta pública.

A partir de la segunda mitad de los años ochenta y los primeros años noventa, se incorporaron a la consulta pública muchas fotografías que hasta entonces habían estado en los depósitos.

En este momento, el jefe de la Sección pasó a ser Rafel Torrella y Reñé.

También en 1994 y fruto del trabajo de varios años, se publicó la Guía del Archivo Histórico de la Ciutat con el correspondiente apartado dedicado al Archivo Fotográfico.

En 1999 se inician las gestiones para lograr una infraestructura adecuada que permita desarrollar correctamente las funciones del Archivo.

Paralelamente, se inició la colección de libros Memoria fotográfica con dos volúmenes que recogen las tres primeras exposiciones.

En 1999 se iniciaron las gestiones para lograr una infraestructura adecuada que permitiese desarrollar correctamente las funciones del archivo y en 2005 se hizo una reforma de ampliación de las instalaciones del archivo que dio lugar a la actual sede del Archivo Fotográfico de Barcelona (AFB).

Esta sala permite difundir de forma apacible y atractiva el patrimonio fotográfico del Archivo.

[1]​ Fotógrafos profesionales y amateurs, editoriales, personalidades de la sociedad barcelonesa, instituciones, familias, ciudadanos y el mismo Ayuntamiento, han nutrido a lo largo de los años este archivo.

Hay desde daguerrotipos, ambrotipos o ferrotipos hasta positivos sobre película, pasando por autocromos, papeles a la albúmina, cianotípias, platinotipias, negativos de nitrato, negativos y positivos sobre vidrio o papeles RC, entre otros.

Y todo esto, en formatos variados que van desde el 3 x 3 cm hasta el 50 x 350 cm La presentación de las fotografías es también muy representativa de la variedad que muestra su historia: fotografías sueltas, los diferentes formatos del retrato del siglo XIX (carta de visita, tarjeta imperial, boudoir, gabinetto), apoyos secundarios del autor, carpetas, álbumes, etc.

Fachada del espacio del archivo.
Placa indicativa.
Depósitos del Archivo Fotográfico de Barcelona