La tradición arquera mongola frenó su evolución cuando el tiro con arco fue oficialmente prohibido en Mongolia tras la conquista llevada a cabo por la dinastía manchú.
[1] Los antiguos y modernos arcos mongoles forman parte de la tradición del arco compuesto en Asia.
[2] Dado que la cola animal se disuelve con el agua los arcos compuestos pueden estropearse con la lluvia o la humedad excesiva; una cubierta de corteza de abedul (resistente al agua) puede proporcionar una protección limitada a la humedad y del daño mecánico.
No se han encontrado pruebas de estos puentes en tiempos del imperio Mongol y las primeras apariciones seguras tienen lugar en el arte chino durante la posterior dinastía Qing manchú.
Este tipo de tiro es tradicional en las estepas asiáticas así como en Corea, Japón, Tíbet, China, Turquía, India y la región que correspondía a Persia.