Armand Jean Le Bouthillier de Rancé

[1]​ Fue ordenado sacerdote en 1651 tras brillantes estudios en París, donde fue compañero de Bossuet.

Aprovechó para estudiar y traducir a algunos padres de la Iglesia o a doctores de la vida monástica, como Basilio el Grande y Evagrio Póntico, que marcaron su pensamiento para siempre.

En 1660, visitó La Trappe que estaba en ruinas, tanto interna como externamente.

Comprendió que, como abad comendador, él tenía su parte de responsabilidad en esa decadencia.

Trajo monjes del monasterio reformado Perseigne para reemplazarlos.

La Estricta Observancia constaba de sesenta abadías (como Perseigne, pero también Sept-Fons, Tamié, Val-Richer, Orval, Clairmarais, Val-des-Choux, etc.) que deseaban volver a la espiritualidad y la observancia de los primeros cistercienses, sin dejar por ello la orden cisterciense ni constituir tampoco una congregación aparte.

Al convertirse así en abad regular de La Trappe, residió allí a partir de ese momento; vendió sus posesiones y renunció a sus otros beneficios eclesiásticos.

Rancé había sido un teólogo brillante y admirado y quiso evitar a sus monjes la tentación del orgullo intelectual, pero cayó al mismo tiempo en un antiintelectualismo por el cual fue criticado, sobre todo por el benedictino Mabillon.

Sin embargo, la reforma de Rancé fue un gran éxito en una época en que los monasterios no brillaban por su fervor.