Integró en la década de 1950 el grupo experimental conducido por Roberto Durán y en 1954 estrenó la pieza infantil de su autoría Los elefantes rosados.
Trabajó como crítico teatral, docente de teatro y periodista y comenzó años después a colaborar con Sergio Di Cecco.
En 1975 escribieron la comedia dramática Final feliz, estrenada con éxito con el título de El gran deschave.
La obra trata acerca de un hombre y una mujer de clase media con diez años de matrimonio que un día, a raíz del disparador consistente en la descompostura del televisor, se enfrentan a la realidad de una vida tediosa, se descontrolan y profieren mutuas y crueles confesiones.
En los años siguientes a su estreno fue representada en varias oportunidades en Argentina y en España e incluso una versión de la obra fue transmitida por televisión.