Durante sus estudios en San Carlos, Franco demostró un asombroso talento para el grabado y el dibujo, lo que hizo que fuera nombrado asistente del profesor del taller de grabado con solo 17 años, rápidamente Franco descubriría que su verdadera vocación era la arquitectura, al ver planos y alzados en una exposición en su escuela.
Armando Franco tuvo una muy productiva amistad con González de León, trabajaron en proyectos en conjunto e incluso fundaron un breve pero productivo despacho de arquitectos junto con sus colegas Graue, Zabludovsky, el grupo URPAC en 1948; poco antes González de León y Franco ya habían colaborado en uno de los proyectos más importantes del siglo XX mexicano: Ciudad Universitaria.
La dupla propuso el plan maestro de distribución y urbanización del nuevo campus de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1948, este proyecto fue el ganador y el que se implementó en el ordenamiento de uno de los proyectos nacionales con mayor importancia internacional, cumbre del optimismo del movimiento moderno en México, y que involucró prácticamente a todos los arquitectos y artistas del país.
Invitado en 1954 por el artista José Chávez Morado a tener un taller de carpintería en la Ciudadela, Franco desarrolló sus inquietudes en torno al diseño de mobiliario, influenciado por el oficio de su padre (zapatero), Franco supo conjugar la madera torneada con las aplicaciones de piel que su mismo padre ayudaba a fabricar para la colección COFRAN.
Siendo estudiante, Armando Franco Rovira junto a otros dos compañeros resultó ganador del concurso.