La localidad, que en el pasado contó con ayuntamiento propio, está ubicada en la comarca de las Tierras Altas y quedó despoblada en la segunda mitad del siglo XX.
Hacia mediados del siglo XIX, el lugar tenía contabilizadas unas 40 casas.
Mediante la asociación se ha podido llevar a cabo la reconstrucción de la iglesia, el frontón, algunas calles, el antiguo horno y el antiguo ayuntamiento, entre otros edificios.
Se realiza el tradicional encendido del horno comunal y la posterior subasta de panes.
También hay partidos de pelota a mana, mus y música.