Estos bordados eran realizados por grupos de mujeres —las arpilleristas— que plasmaban en sus obras, a modo de comunicación y denuncia, la búsqueda de sus familiares detenidos desaparecidos y otras temáticas sociales durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Otras organizaciones que agruparon a las arpilleristas fueron la Fundación Missio (1983), la Fundación de Protección a la Infancia Dañada por los Estados de Emergencia (PIDEE) —que apoyó talleres en Talca y Linares—, la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC) y el Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE).
[1] Las arpilleras fueron exhibidas tanto en Chile —en el Museo de Arte Colonial de la Iglesia San Francisco y la Galería Paulina Waugh, ambas en Santiago— como internacionalmente.
Esto último ocurrió gracias a la solidaridad internacional con las organizaciones de derechos humanos chilenas, que motivó la difusión de la actividad de las arpilleristas en el extranjero.
[2] Otra colección difundida ampliamente en Europa y Cuba fue la adquirida por Carmen Waugh en 1976.