[1][2] En el humano adulto sano, el sueño nocturno se organiza en 4-5 ciclos, que implican unos 90-120 minutos de duración cada uno.
En su mayor parte, ocurre al inicio del sueño y presenta movimientos oculares lentos.
No hay husos ni complejos K y se reduce el tono muscular.
El (ECG) muestra los característicos husos y complejos K, además aparecen, en pequeñas cantidades, las ondas delta.
En la fase 2, se necesita un «estímulo más intenso» para despertar a las personas.
Solamente existe sueño REM en los mamíferos, excepto el conejo macho, el oso hormiguero y el delfín de nariz en botella..[1] La actividad neuronal observada durante la vigilia parece reactivarse durante el sueño con ondas de frecuencia rápida.
Es habitual despertarse durante muy poco tiempo (algunos segundos), al final de una fase MOR.