Constituía el lugar donde las arréforas, varias jóvenes atenienses de familias nobles (dos según Pausanias y cuatro según Harpocración), recibían preparación para la elaboración del peplo utilizado en las procesiones de las Panateneas.
Estas muchachas realizaban un ritual en el que llevaban, en una procesión nocturna, misteriosos objetos sagrados hasta un templo de Afrodita y Eros que estaba situado en la ladera norte de la Acrópolis.
[1][2][3] Fue identificado en el año 1920 por el arquitecto alemán Wilhelm Dörpfeld.
[4] Su construcción data del año 470 a. C. El edificio tenía una planta cuadrada de 12 m de lado.
[5] Una salida posterior del patio conectaba, mediante una escalera y a través de unos pasos subterráneos, con el santuario de Afrodita y Eros, en la parte baja de la roca de la Acrópolis.