Ubicada entre montañas en plena Sierra del Segura y muy cerca del Parque natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima, esta aldea recibe su nombre de un pequeño arroyo llamado Morote.
A principios del siglo XX esta aldea centraba su riqueza en el cultivo del esparto, los almendros, la viña y los olivos.
Mayoritariamente los hombres trabajaban cultivando sus propias tierras o como jornaleros para algún terrateniente de la zona mientras que las mujeres se dedicaban a las tareas domésticas y a la cría de los animales para consumo de la propia familia.
Las bebidas típicas elaboradas a base de vino o aguardiente son la cuerva, la paloma y el zurracapote.
Antaño se celebraba este día por todo lo alto atrayendo así a los habitantes de todos los pueblos de alrededor.