Por lo general, los aborígenes australianos pintaron la naturaleza, incluyendo animales, lagos y, por supuesto, el tiempo del sueño.
Solían pintar cuentos y leyendas que formaban parte de su religión.
El arte rupestre, incluido la pintura, el grabado y la escultura, puede ser encontrado en sitios distribuidos a lo largo de Australia.
Pinturas rupestres aparecen en cuevas en la región de Kimberley (Australia Occidental) donde son conocidas como Bradshaws.
[cita requerida] Otros sitios con pinturas rupestres son Laura (Queensland),[2] Ubirr en el Parque nacional Kakadu,[3] Uluru,[4] y Carnarvon Gorge.
Hay muchos métodos para crear grabados rupestres, lo que depende en parte del tipo de roca utilizado.
Los grabados de Sídney –representando a animales tallados y seres humanos– tienen un estilo singular que no fue encontrado en otro sitios en Australia.
Otros símbolos pueden parecer similares en su forma monocromática, pero tienen un significado diferente dependiendo de la tribu aborigen que los utiliza.
La narración sigue la topografía del terreno tal como fue creado por los ancestros en su jornada o durante la creación de la obra.
[11][12] El arte aborigen tradicional casi siempre tiene un trasfondo mitológico vinculado al tiempo del sueño de los aborígenes australianos.
Esto incluye la destrucción del arte en proyectos de construcción, la erosión causada por el contacto excesivo con las pinturas, y el grafiti moderno.
En 1934 el pintor australiano Rex Batterbee enseñó el estilo occidental de la pintura paisajística en acuarela al artista aborigen Albert Namatjira, junto con otros artistas aborígenes en la misión de Hermannsburg en el Territorio del Norte.
La obra fue creada por 43 artistas aborígenes de Ramingining (Territorio del Norte) y las comunidades cercanas.
[13] En ese mismo año, la nueva sede del parlamento en Canberra se abrió con un patio delantero que incluye un mosaico diseñado por Michael Nelson Tjakamarra.
Su estilo, que cambió cada año, es considerado una mezcla de influencias aborigen tradicional y australiano contemporáneo.
Diseños secretos, limitados al contexto ritual de la comunidad, ahora fueron exhibidos en el mercado.
El más famoso representante de este movimiento artístico fue Clifford Possum Tjapaltjarri.
El Musée du Quai Branly en París, cuenta con una colección "Oceanía",[23] que incluye obras de los artistas aborígenes australianos Lena Nyadbi, Paddy Nyunkuny Bedford, Judy Watson, Gulumbu Yunupingu, John Mawurndjul, Tommy Watson, Ningura Napurrula y Michael Riley.