Llegó a su punto máximo alrededor del siglo VIII a. C. pero fue mayormente saqueado, dispersado y destruido con la caída de Urartu alrededor de un siglo después.
La ciencia tiene relativamente pocos artefactos del Rreino de Urartu.
Los descubrimientos durante las excavaciones en Nínive por Austen Henry Layard en Irak ensombrecieron los hallazgos a lo largo de las orillas del Lago Van.
Solo a mediados del siglo XX, cuando la investigación sobre Urartu avanzó considerablemente y se descifró la escritura cuneiforme, se pudieron clasificar correctamente los objetos de arte encontrados en los yacimientos arqueológicos.
Prácticamente todas las estatuillas son arte aplicado, lujosos objetos utilitarios de los cortesanos.
Cada pieza se hace por separado y nunca es absolutamente idéntica a otra.
Según los científicos, son los que originalmente permitieron la identificación del estilo Urartu en los utensilios encontrados en el siglo XX.
[4] Los calderos de cobre decorados parece que fueron utilizados principalmente para los sacrificios rituales.
Los anales asirios del rey Sargón II, por ejemplo, mencionan tal recipiente lleno de vino durante las libaciones al dios Haldi.
En estas armas se representan motivos típicos del Medio Oriente: leones y toros, serpientes, deidades aladas, veneración del árbol de la vida.
Las imágenes fueron estampadas en la superficie del escudo y luego despojadas con varias herramientas.
Estos tesoros fueron arrebatados por los asirios a Musasir en 714 a. C. y ya no se encuentran hoy en día.
Estos hallazgos se hicieron durante las excavaciones en el actual territorio de Turquía y Armenia.
Además, también se encuentran motivos mesopotámicos como el árbol de la vida, el disco solar alado y otros.
En Urartu, como en muchas otras partes del antiguo Oriente, tanto hombres como mujeres llevaban joyas.
Ciudades fortificadas como Erebuni o Tushpa son conjuntos arquitectónicos con locales religiosos y comerciales.
Algunos vasos rituales y platos reales se hacían con arcilla decorada con colores.
[18] Erebuni, a diferencia de muchas ciudades de Urartu, no fue incendiada durante una guerra, sino que fue abandonada sin luchar, lo que salvó unas pinturas únicas.
En Urartu, como en otros estados del Próximo Oriente, se utilizaban sellos cilíndricos que al mismo tiempo servían de amuletos.
El ritón de la derecha tiene una parte delantera formada por un jinete que lleva un gorro redondeado y alto.
En las mangas de su abrigo hay grabados chevrones en una banda, lleva un cuchillo en una vaina al cinto.
En el centro, un hombre sentado, a la izquierda un sirviente le presenta una copa y más atrás un músico toca la flauta doble.
Se encuentra en la arquitectura, los métodos de riego y la artesanía.
Sin embargo, a los científicos e historiadores del arte les resulta difícil demostrar esta influencia debido al reducido número de muestras que han llegado hasta nosotros.