Son múltiples los petroglifos que podemos encontrar en las colinas de Campo Lameiro, Barro, Cotobade, Marín, Poyo, Pontecaldelas, Pontevedra y Vilaboa; además de los sepulcros megalíticos y los castros que se alzan en todo el territorio que ocupa la mancomunidad.
Algunos de estos conjuntos, como los situados en Campo Lameiro, Mogor (Marín) o Poyo, están declarados como Monumento Histórico Artístico.
Los petroglifos son grabados rupestres prehistóricos que, en Galicia, integran el denominado Grupo Galaico de Arte Rupestre al aire libre y representan un fenómeno cultural único, por su interés como documento histórico, sus valores estéticos y su originalidad.
Los petroglifos que se encuentran en estos municipios aparecen, en su gran mayoría, sobre rocas de granito, generalmente situadas en montes de altitud baja y media y en zonas cercanas a la costa.
También es destacable la conservación de numerosos vestigios funerarios prehistóricos como dólmenes y túmulos.