Al mismo tiempo, estudió ballet para poder actuar tanto como violinista como bailarín.
Comenzó a realizar giras por toda Europa bailando en Alemania, Italia, Inglaterra, obteniendo mucho éxito.
Para Cerrito, Saint-Léon coreografió un ballet que fue un éxito en Londres La Vivandière (1843).
Después de una gira por Europa (también trabajó tres años para el Teatro Nacional de San Carlos de Lisboa), fue invitado a suceder a Jules Perrot en 1859 como maestro de ballet en el Teatro Imperial Bolshoi Kamenny, sede del renombrado Ballet Imperial del Zar, en San Petersburgo, Rusia, cargo que ocupó hasta 1869 (fue sucedido por Marius Petipa).
Aunque coreografió muchos ballets, es el único que nos ha llegado casi completo.
Murió dos días después de que la temporada inicial del ballet terminara prematuramente debido a la guerra franco-prusiana.