Durante años reclutó a otros miembros de las Fuerzas Armadas mexicanas para formar Los Zetas.
Según los informes, Guzmán Decena recibió entrenamiento militar de las fuerzas especiales israelíes.
La rebelión fue un levantamiento simbólico contra la pobreza y el gobierno de partido único del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y muchos rebeldes tomaron brazos; el gobierno mexicano, sin embargo, envió al GAFE para sofocar a los zapatistas.
Luego, sus cuerpos fueron arrojados a la orilla de un río, con las orejas y la nariz cortadas.
Guzmán Decena, sin embargo, rompió ese modelo y dejó el ejército en 1997 para trabajar a tiempo completo con una organización narcotraficante.
[6] Según el periodista británico Ioan Grillo, aún no está claro por qué Guzmán Decena desertó del ejército para convertirse en un "narcomercenario".
A los miembros se les dio un nombre en clave con la letra Z comenzando con Guzmán Decena con Z-1.
En unos meses, Guzmán Decena comandó un ejército mercenario de 38 soldados desertores atraídos por salarios sustancialmente más altos que los pagados por el gobierno mexicano.
Al principio, ambos funcionaron bien juntos: sobornaron a policías, sobornaron a políticos y soldados, y lograron tomar el control de importantes cargamentos de drogas que llegaban desde Guatemala.
[10] Según los informes, para no ser interrumpido, Guzmán Decena ordenó a sus secuaces que bloquearan la calle y dirigieran el tráfico.
Cuando llegaron los soldados, Guzmán Decena no pudo defenderse y fue asesinado a tiros.
Después de su muerte, se colocaron flores en su honor en la acera frente al restaurante y en su tumba.
Según las fotos publicadas por los periódicos locales de Matamoros, una nota acompañaba las flores y decía lo siguiente:“Siempre estarás en nuestros corazones.