[6] Su abuelo fue el beato mártir Arturo Ros Montalt,[7] que fue ejecutado en un horno de cal, durante la guerra civil española por pertenecer a Acción Católica.
Asistió al Colegio San Jaime Apóstol de Moncada.
Después de haber trabajado durante un largo periodo en la banca, descubrió su vocación religiosa.
[12][13][14][15][2][3][4] Fue consagrado el 3 de septiembre del mismo año, en la catedral basílica de Valencia, a manos del cardenal-arzobispo Antonio Cañizares.
[16][17][18][5] Como lema escogió las penúltimas palabras que dijo su abuelo: «Afanyeu-se a perdonar»,[19] («Apresúrense a perdonar»; Properate ad veniam offerre en latín).